Otra de las maravillas que alberga la ciudad de Cracovia es el castillo de Wavel. En lo alto de una colina, ofrece un sinfín de lugares que visitar y rincones en los que husmear. Una vez saturados de torres, capillas, patios, arcos y pasadizos, podemos sentarnos en algún lugar tranquilo a observar todo el conjunto. De todos es sabido que estos momentos, descansando nuestras posaderas sobre piedras decimonónicas, facilitan que el lugar se instale en nosotros y así, estos recuerdos nos acompañen vívidamente a lo largo de nuestro devenir.
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