Fue suficiente un solo día de aquel año 79 d.C. para acabar con toda la gloria de Herculano.
Los restos de sus habitantes quedaron sepultados bajo las cenizas del volcán... y allí siguen todavía, intentando escapar por los accesos que daban al mar, sin conseguirlo.
Existía la costumbre en la Antigua Roma de recordar a los poderosos que la gloria es efímera y en esta ocasión fue el Vesubio el encargado de decir la frase: "Respice post te! Hominem te esse memento!"
No hay comentarios:
Publicar un comentario