Uno de los mayores atractivos que esta ciudad puede ofrecer es el disfrute de pasear por sus calles. Huyendo de las multitudes que diariamente las recorren, prefiero retratar este lugar sin gente, otorgando así todo el protagonismo a sus fachadas, puertas, ventanas o incluso, los adoquines del suelo. Creo que así se obtiene la intemporalidad que estas calles se merecen. Así, la mente podrá inventar los protagonistas de imaginadas historias que tendrán estos callejones como telón de fondo.
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